La preboda de Ruben y Leah es la muestra de que cuando hay feeling entre fotógrafo y pareja las cosas fluyen. No es necesario hacer una preboda para que las cosas salgan bien el día de la boda, no es necesario hacer una preboda para “entrenar”. Un fotógrafo documental que dice hacer fotos naturales de lo que sucede ante él, que centra su trabajo en captar emociones, sensaciones, en representar estilos de vida… no debería de necesitar un día previo a la boda para entrenar.
El hacer una sesión de pareja, antes o después de la boda, debería de hacerse porque os apetece tener unas buenas fotos con vuestra pareja en una actitud más “relajada”. Menos preocupados por el peinado, por el tocado, por si amenaza lluvia. Con más tiempo, pudiendo escoger la mejor hora del día, el lugar.
Una sesión de pareja es un momento para dejarse llevar, para disfrutar, para ser nosotros mismos, para confiar. Para arriesgarse y experimentar (no es lo mismo que entrenar) para conocernos un poco más a través de la fotografía.
Con Rubén y Leah fue exactamente lo que sucedió. Que fuerón ellos mismos, que confiaron, que nos dejamos llevar. Que no se preocuparon a pesar de que amenazaba lluvia. Que experimentamos, que nos conocimos más a través de la fotografía.
Mucha gracias chicos por regalarnos estos momentos.